Una vez más me encuentro con uno de los libros que siempre había tenido ganas de leer, desde la primera vez que oí hablar sobre él. Además, cuando me fui a vivir a Londres y caminaba por la calle a la que hace referencia el título, siempre pensaba: “En algún lugar, debería estar la librería del libro”, pero no, no estaba. ¡Y mira que pasé veces! No me preguntéis porqué nunca entré a Foyles y compré un ejemplar y he esperado hasta ahora y siquiera el ejemplar es mío, sino que es de la Biblioteca. Claro que dice Helene en el libro, precisamente, que nunca compra un libro que no haya leído previamente. A la vez, ella critica a los que compran un libro, se lo leen y lo dejan en la estantería para nunca más abrirlo pero poder decir: “Me he leído el último libro de tal…”.
Q quoted enough of [Walton’s Lives] so I know I’ll like it. Anything he liked I’ll like except if it’s fiction. I never can get interested in things that didn’t happen to people who never lived.
Algunos dicen que esto es una novela, aunque no es una novela per se sino que son cartas que relatan una historia. La historia de dos personas hablando de libros a través de veinte años.
Helene, desde Nueva York, se pone en contacto con Marks and Co., una librería de Londres tras leer un anuncio en el Saturday Review of Literature. A partir de entonces libros cruzan el Atlántico, dólares llegan a la capital británica, comida llega a veces en polvo, otras en lata y con suerte fresca desde Dinamarca, para paliar el hambre de las raciones. Y es que Helene es, ante todo, una persona de gran corazón: ama los libros, pero también a la gente y lo demuestra con sus regalos y sus palabras dulces que se encuentran en sus cartas rodeadas de humor.
A través de estas cartas aprendemos de lengua y literatura, sin entrar a fondo, pero sobretodo de costumbrismo, historia y política: el Rey muere y Elizabeth II sube al trono; Churchill gana las elecciones y los edificios americanos empiezan a ir “co-op”. Pero sobretodo aprendemos sobre Frank y Helene, que aparecen ante nosotros como dos almas que estarían solos si no se tuvieran el uno al otro.
Evidentemente que leer en el idioma en que se ha escrito es siempre mejor, pero imagino que con la sencillez del lenguaje, leer la obra en castellano debería ser igual de interesante. Incluso para practicar la lectura estaría bien, puesto que, aunque hay palabras que están en desuso, son pocas y el resto es de gran sencillez.
Helene, desde Nueva York, se pone en contacto con Marks and Co., una librería de Londres tras leer un anuncio en el Saturday Review of Literature. A partir de entonces libros cruzan el Atlántico, dólares llegan a la capital británica, comida llega a veces en polvo, otras en lata y con suerte fresca desde Dinamarca, para paliar el hambre de las raciones. Y es que Helene es, ante todo, una persona de gran corazón: ama los libros, pero también a la gente y lo demuestra con sus regalos y sus palabras dulces que se encuentran en sus cartas rodeadas de humor.
I’d like to have it … if it’s Reasonable, of course. Nothing’s cheap anymore, it’s “reasonable.” Or “sensibly priced.” There’s a building going up across the street, the sing over it says: “One and Two Bedroom Apartments At Rents That Make Sense.” Rents do NOT make sense. And prices do not sit around being reasonable about anything, no matter what it says in the ad ‒which isn’t an ad anymore, it’s A Commercial.Helene escribe a la librería y Frank le responde. Pero al final no sólo él le responde sino que mucha gente más: algunos de los compañeros de Frank, su esposa e hijas e incluso la vecina de arriba.
A través de estas cartas aprendemos de lengua y literatura, sin entrar a fondo, pero sobretodo de costumbrismo, historia y política: el Rey muere y Elizabeth II sube al trono; Churchill gana las elecciones y los edificios americanos empiezan a ir “co-op”. Pero sobretodo aprendemos sobre Frank y Helene, que aparecen ante nosotros como dos almas que estarían solos si no se tuvieran el uno al otro.
I go through life watching English language being raped before me face. Like Miniver Cheevy, I was born too late.Es una historia rápida y fácil de leer pero a la vez dulce y enternecedora. Pero sobretodo es una historia que sorprende.
Evidentemente que leer en el idioma en que se ha escrito es siempre mejor, pero imagino que con la sencillez del lenguaje, leer la obra en castellano debería ser igual de interesante. Incluso para practicar la lectura estaría bien, puesto que, aunque hay palabras que están en desuso, son pocas y el resto es de gran sencillez.
You see how it is, Frankie, you’re the only soul alive who understands me.
- Nota: 6/10
- Destaco: la sencillez y cercanía
- Pantalla: Hay una película dirigida por David Hugh Johnes, con Anne Bancroft y Anthony Hopkins (y Judy Dench). Está muy bien y destaco que la historia se respeta mucho y se trata genial. Aunque hayan personajes que hablen a la cámara, cosa que personalmente detesto, me gustó.
- Recomiendo: una tarde con niebla, un té y esta maravillosa historia.
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