martes, 31 de mayo de 2011

Martes con mi viejo profesor - Mitch Albom

Título original: Tuesdays with Morrie

A veces, la opinión que tienes de una historia va directamente relacionada con la comparación con la historia que leíste justo antes. Supongo que es lo que me ha pasado con este libro: lo he leído justo después de leer The Heart is a Lonely Hunter. Comparar estas historias es totalmente absurdo. La obra de McCullers es lenta, densa, descriptiva y cargada de literatura; la historia de Albom, por el contrario, es rápida, ligera, fácil de leer y periodística. Podríamos decir que son totalmente opuestas pero en ambas el sentimiento de tristeza te abarca y te acompaña.
Si bien al leer a McCullers sabes que es ficción, con Tuesdays with Morrie sabes, desde incluso empezar a leer, que el héroe de la historia, Morrie Schwartz, va a morir en algún momento de la narración. No es nuevo en la Literatura (con mayúsculas) saber de antemano cómo acaba una obra (algún día debería hablar de Soy Julia, de Antonio Martínez), tampoco lo es que la tragedia final sea real --aunque lo que le rodea no lo sea. Sin embargo, de algún modo, aunque parezca demasiado sencillo y poco elaborado, este libro te llega hasta lo más hondo: Morrie es una persona encantadora, eso lo aprendes enseguida.
La historia describe como el autor, tras muchos años sin hablar con su profesor favorita, se entera de su enfermedad terminal y decide visitarlo. Cuenta como, martes tras martes, hablan sobre diferentes aspectos de la vida; es, realmente, la última lección o la última tesis que hacen juntos.
I glanced around Morrie’s study. It was the same today as it had been the first day I arrived. The books held their same place on the shelves. The papers cluttered the same old desk. The outside rooms had not been improved or upgraded. In fact, Morrie really hadn’t bought anything new –except medical equipment– in a long, long time, maybe years. The day he learned that he was terminally ill was the day he lost interest in his purchasing power.
So the TV was the same old model, the car that charlotte drove was the same old model, the dishes and the silverware and the towels –all the same. An d yet the house had changed so drastically. It had filled with love and teaching and communication. It had filled with friendship and family and honesty and tears. It had filled with colleague and students and meditation teachers and therapists and nurses and a capella groups. It had become, in a very real way, a wealthy home, even thought Morrie’s bank account was rapidly depleting.
Entre los temas de los que hablan está, evidentemente, la muerte, pero también la religión, la familia, el amor, la edad, la cultura, el dinero y un gran etcétera. Lo cierto es que no estoy de acuerdo con la mayoría de las opiniones de Morrie. Es una de esas personas que, si tuviera hoy menos de treinta, sería un piesnegrista, un backpacker, un hippie de esos que creen que la vida es de color de rosa e intentan convencerte de que comprar tetrabrik es malo para la Madre Naturaleza (y hablan de la Madre Naturaleza como si realmente saliésemos todos de su vientre, como si fuese un ente real --si te paras a pensar, ¿cual es la diferencia con creer en dios?). Morrie demuestra una filosofía de la bondad: perdona, ama, sé bueno, no malgastes el tiempo, disfruta de la vida, etc. Y sí, yo también pienso muchas cosas como él, al igual que también prefiero comprar plástico a brik, porque contamina menos, pero no me dedico por ello a decirlo como si fuese dogma de fe. Claro, que yo no tengo setenta años y estoy destinado a una cama. Está claro que aquello de que el diablo sabe más por viejo es cierto, pero ¿porque seas mayor te piensas que nos hemos de creer todo lo que digas?
Quizás soy de una generación en la que hemos aprendido a tomar nuestras decisiones: veo las generaciones anteriores a la mía que repiten errores, hechos y hasta modos sin pensar en las causas ni en las consecuencias; observo las generaciones siguientes y..., mejor ni lo describo.
El caso es que sí, esta historia novelada me ha tocado la fibra (echo de menos a mi abuelo, eso está claro) seguramente porque ya estaba triste tras leer a McCullers y no conseguir llorar por el sopetón que te da todo. Pero no estoy seguro de porqué ha tenido el éxito que ha tenido.
“Ahhhh, it’s my buddy,” he would say when he saw me, in that foggy, high-pitched voice. And it didn’t stop with the greeting. When Morrie was with you, he was really with you. He looked you straight in the eye, and he listened as if you were the only person in the world. How much better would people get along if their first encounter each day were like this –instead of a grumble from a waitress or a bus driver or a boss?
Los bestsellers, ya se sabe, no tienen porqué ser los que mayor calidad tienen. El lenguaje sencillo hace que se use como aprendizaje del inglés. Hasta ahí bien, pero por qué se usa como material en universidades americanas, es algo que no comprendo.
No quiero dar la impresión de que me creo más listo que nadie, porque no lo soy. Pero yo tengo mis opiniones y, hasta que no se me demuestra lo contrario, las mías son las únicas válidas --eso no hace que no respete las tuyas, claro.
Un día, viendo a Punset en la tele con mi hermana, nos miramos sorpendidos porque lo que había dicho era algo absurdo totalmente. No recuerdo qué era, pero desde entonces ni él, no mucha gente, me parecen tan interesantes.
En definitiva, una teoría no tiene porqué ser la correcta sólo porque no exista otra. O algo así, era la frase.
No quiero desanimar a nadie a leer la historia, pero tengo claro que no es un libro que vaya a recomendar a alguien que busque en él literatura o la Vedad. Sin embargo, para mejorar el inglés, adelante.
  • Nota: 4/10
  • Destaco: la facilidad de lectura: hacía tiempo que no leía una novela en dos sentadas.
  • Algo negativo: mis opiniones son mías por lo que no quiero contradecir las de los demás, pero si buscas auto-ayuda o dogma, mejor coge la Biblia.
  • Pantalla: hay una peli dirigida por Mick Jackson, con Hank Azaria y Jack Lemmon, pero aún no la he visto.
  • Recomiendo: leerla si buscas aprender inglés o si quieres hacer un viaje en tren más ameno.

domingo, 1 de mayo de 2011

El Principito - Antoine de Saint-Exupéry

Título original: Le Petit Prince

El Principito es uno de los libros que más veces he leído, si contamos las veces que mi hermana me lo leyó cuando yo era pequeño. Quizás incluso es el primer libro que me regalaron (de los que aún conservo) –y es de segunda mano, lo que le da un valor añadido.
Les grandes personnes ne comprennent jamais rien toutes seules, et c’est fatigant, pour les enfants, de toujours leur donner des explications.
No sé cuándo fue la anterior vez que me lo leí, pero debió ser en mi adolescencia, cuando tuve una época en la que me dio por leer todo cuento que caía en mis manos, y recuperar los de mi infancia. Pero me lo he vuelto a leer porque estoy yendo a clases de francés: era un deber, pero para mí era más un placer.
J’ai ainsi au, au cours de ma vie, des tas de contacts avec des tas de gens sérieux. J’ai beaucoup vécu chez les grandes personnes. Je les ai vues de très près. Ça n’a pas trop amélioré mon opinion.
No hace falta realmente que explique de qué va este cuento, porque todos lo hemos leído, o por lo menos tenemos una vaga idea de que un pequeño hombrecito, de cabellos dorados, pantalones de campana y pajarita, vivía en un pequeño planeta donde no tenía nada más que una flor.
Il ne put rien dire de plus. Il éclata brusquement en sanglots. La nuit était tombée. J’avais lâché mes outils. Je me moquais bien de mon marteau, de mon boulon, de la soif et de la mort. Il y avait, sur un étoile, une planète, la mienne, la Terre, un petit prince à consoler !
Bajo mi punto de vista, el mundo se divide en dos tipos de personas, según cómo interpreten el final del cuento. Yo soy de los que creen en el Principito, de los que están seguros de que si mirásemos al cielo, muy lejos, y pudiésemos identificar el asteroide B-612, podríamos verle ahí, regando su planta.
Para mí, los que le encuentran otro final, deberían callárselo, como quien se calla un pensamiento maligno.
Les grandes personnes, bien sûr, ne vous croiront pas. Elles s’imaginent tenir beaucoup de place. Elles se voient importantes comme des baobabs.
Leerlo otra vez me ha llenado de ternura. Lloré y me sentó muy bien. Lloré en francés, que no sé cómo será. Pero es que la bondad y la gracia de este pequeño viajero hace que el pecho se te llene de sentimientos. De todo tipo de sentimientos, porque la tristeza y la rabia también son sentimientos.
–Je suis content, dit-il, que tu sois d'accord avec mon renard.
Comme le petit prince s’endormait, je le pris dans mes bras, et me remis en route. J'étais ému. Il me semblait porter un trésor fragile. Il me semblait même qu'il n'y eût rien de plus fragile sur la Terre. Je regardais, à la lumière de la lune, ce front pâle, ces yeux clos, ces mèches de cheveux qui tremblaient au vent, et je me disais: ce que je vois là n’est qu’une écorce. Le plus important est invisible…
Comme ses lèvres entr’ouvertes ébauchaient un demi-sourire je me dis encore: « Ce qui m’émeut si fort de ce petit prince endormi, c’est sa fidélité pour une fleur, c’est l’image d’une rose qui rayonne en lui comme la flamme d’une lampe, même quand il dort… » Et je le devinai plus fragile encore. Il faut bien protéger les lampes : un coup de vent peut les éteindre…
Et, marchant ainsi, je découvris le puits au lever du jour.
Si bien Lewis Carrol escribió Las aventuras de Alicia en el país de las Maravillas para niños (creo recordar que eran niñas), está claro que lo que cuenta es más bien para adultos. Lo mismo sucede con El Principito, que contiene elementos que un niño difícilmente pueda comprender. Pero a la vez, ésta obra de arte, contiene elementos que un adulto difícilmente pueda entender. Supongo que has de ser un poco de los dos, para poder llegar hasta el fondo. Cuando yo era niño, me sentía un poco demasiado maduro para mi edad; ahora me sucede a la inversa. Quizás, de otro modo, no podría sentir al Petit Pince en mi interior.
Et je compris ce qu’il avait cherché !
Je soulevai le seau jusqu’à ses lèvres. Il but, les yeux fermés. C'était doux comme une fête. Elle était née de la marche sous les étoiles, du chant de la poulie, de l'effort de mes bras. Elle était bonne pour le cœur, comme un cadeau. Lorsque j’étais petit garçon, la lumière de l'arbre de Noël, la musique de la messe de minuit, la douceur des sourires faisaient ainsi tout le rayonnement du cadeau de Noël que je recevais.
  • Nota: 10/10
  • Destaco: lo que podríamos llamar la filosofía de la buena voluntad que muestra y enseña.
  • Algo negativo: N/A, si eres de los que creen en el Principito, no hay pegas.
  • Pantalla: existe alguna adaptación, dice la Wikipedia, pero no he visto nada. Sé que hay dibujos, que los pasaban hace unos años por la tele, pero tampoco los he visto recientemente. También hay diversas grabaciones; yo tengo la versión de Jean-Louis Trintignant que está muy bien, enternecedora. También hay secuelas, pero son de autores varios.
  • Recomiendo: es evidente que es un libro que se usa para el aprendizaje del francés, pero es que algunas ediciones españolas tienen errores (tengo una edición bilingüe y otra española, y en ambas hay errores de traducción).