Como estudiante de filología hispánica, a menudo tengo que leer textos y obras de épocas muy anteriores a la mía. La historia de la literatura lo exige. Y cuando he estudiado literatura medieval, quizás por la intensidad en que todo se hace (estudiando un manual, diseccionando cada página y cada frase), pero llega un momento que o te gusta lo que estás leyendo, o por lo menos entiendes la razón de ser como es. Puedo decir que de las obras que tuve que leer el curso pasado, Milagros de Nuestra Señora, de Berceo, fue una de las obras que más me gustó, y eso que el tema no tiene nada que ver con mi persona.
Pero leer una obra del siglo XIII en castellano de la época, o leer una obra que de tan solo hace algo más de un siglo y medio en inglés, es algo bien diferente. No quiero decir que sea imposible, mucha gente lo hace, pero no es lo más sencillo. Cierto es que a medida que te metes en la lectura pasan a ser normales los significados diferentes al que tú conoces de las palabras que usa.
Quizás la razón se encuentra en que a mí nunca me han llamado la atención los clásicos. Prácticamente todo lo que he leído en mi vida han sido obras escritas en el último cuarto de siglo (dejando de lado lo que he leído por obligación). Es un hecho de proximidad. Cuánto más alejado en el tiempo y en el espacio está el escritor, menos me apetece leerlo. Supongo que por afinidad. Pero también por afinidad en otros aspectos como los gustos y los estilos de vida.
El caso es que Wuthering Heights, es una obra complicada y ya no en cuanto a la lengua. Entiendo que para la época (fue publicada bajo el seudónimo masculino de Ellis Bell) fue una historia atrevida por su tema rocambolesco y su estilo gótico. En un primer momento recibió malas críticas por la crueldad que en ella podemos encontrar pero hoy en día se la considera un clásico de la literatura en inglés.
I would degrade me to marry Heathclif (…), not because he is handsome, Nelly, but because he’s more myself than I am.No voy a entrar en detalles de personajes porque, como pasa con Cien años..., los nombres pasan de unos a otros, de nombre a apellido, de generación en generación. Además, los personajes en un momento están en la granja Thrushcross y al siguiente han cruzado el páramo para llegar a la casa que da título a la novela.
En resumen, es una novela de amor, de odio. Pero sobre todo de un amor ultratumba que lo abarca y lo toca todo. Llega a tal punto que afecta hasta las personas que sólo parecen estar de espectadoras. Una de ellas es Nellie, quien nos narra gran parte de la historia. El pasado y el presente se intercalan y se unen en un nuevo futuro.
- Nota: 5/10
- Destaco: la creatividad de la escritora y, sobre todo, los detalles que le aportan verosimilitud a una novela plasmada de inverosimilitud: aporta informaciones sobre el alquiler de la casa, que podrían haberse evitado, pero la hacen cercana.
- Algo negativo: es un clásico, y los clásicos no tienen aspectos negativos, pero he de decir que si no te interesa desde un principio, no apetece seguir.
- Pantalla: hay muchas adaptaciones de todos los estilos. Yo sólo he visto la versión de Kosminski con Juliette Binoche y Ralph Fiennes, que me gustó mucho.
- Recomiendo: si se lee en inglés, usar una versión que tenga notas explicatorias al pie y un árbol genealógico (no sé si hay una así), pero sino, hacérselo uno mismo.
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